viernes, 10 de junio de 2016

¿Orden o rutina?

Siempre ha sido un desastre. Si tengo que catalogar mi vida con una palabra sería descontrol. La planificación rara vez me tocaba y si lo hacía, pronto me olvidaba de ella. La pereza y la desgana siempre vencían. 

Mi padre siempre me decía que necesitaba orden en mi vida. Una hora para acostarse, una hora para levantarse, una para comer... Ahora es hora de hacer tal cosa y luego de hacer tal otra... todo eso me aburría. No me gustan las ordenes, no me gusta la autoridad y no tenía intención de automandarme. No quiero dejar que lo que vaya a hacer lo impongan unas decisiones que tomé tiempo atrás, porque mi yo pasado no es mi yo presente. ¿Acaso es esto el destino? ¿sería preso de mí mismo?

Mi vida iba sin rumbo, así que tuve que aceptar que mi padre podría tener razón y que necesitaba orden. Y para mi sorpresa, le hice caso. Me busqué una meta en la vida, ideé un negocio y me puse unos horarios... y a trabajar. Reconozco que he recuperado autoestima, pero dudo que sea por el orden. He conocido muchas personas con muchas historias, y para mí, la conversación es la mejor literatura que existe. Eso me ha proporcionado satisfacción e incluso, porque no, felicidad.

Pero soy un animal cabezota, y mi instito me lleva a mis raices. Me siento esclavo de  esta vida, de sus premisas, de tener que tener un plan para todo. Todo este orden es asfixiante. ¿que sería de la inspiración con tanto orden? 

¿he convertido el orden en rutina? No lo sé, pero siento que estoy matando la improvisación, y sin improvisación, la vida no merece la pena ser vivida

lunes, 6 de junio de 2016

Reencuentro y adios

Hoy es el día. Es duro decirlo, es duro aceptarlo, pero hoy es el día. Digo adiós a todo, salvo a mis recuerdos. Ya no habrán nuevas personas que conocer, ya no habrán nuevas páginas en las historias que he construido con cada persona. Todo eso se acaba. Todo eso se queda atrás.

Sí, he estado bastante abandonado durante este tiempo a las letras. Sí, parece que cuando las cosas funcionan, me olvido de vosotras, pero cuando todo vuelve a ir mal, retorno a pedir vuestra clemencia. Escribir es un rito para mí, de un dios que no entiendo pero que se que me castiga para que procree su obra. También es duro darse cuenta de eso, de que no soy yo quien escribe.

Las letras son mi camino y mi destino, y cuando me aparto de ellas, golpe tras golpe me enderezan. No os conté como la musa se disipó, no os conté como la mujer que me hizo perder la fé en la feminidad apareció justo cuando empezaba a dejar de odiar todo lo femenino, cuando dejaba ser cobarde y luchaba contra mis miedos por ser feliz. ¿porque ahora? No lo sé. Igual he errado cada zancada desde que alejé de ella. Igual el propio camino era un error y nunca debí irme.

- ¿Qué es lo máximo que estarías dispuesto a hacer por amor?
- Dejarla ir

He creido en esos versos durante una decada, igual para convencerme de que hacía lo correcto, igual para vestir de honor mis temores, para tapar la vergüenza de reconocer que nunca fui más que un cobarde. Me repetía una y otra vez que lo que vendría sería duro, pero que era lo que debía pasar. ¡Y me sentía orgulloso! Ignorante y estupido necio es lo que soy.

Pues bien, la realidad me ha vuelto a dar de cara. Ella volvío, y no estaba mejor como me decía yo a mí mismo. El otro no era mejor que yo, no la hacía más feliz. Todo lo contrario. La tuvo 7 años en desdicha constante... y yo ni siquiera perdí el duelo, me esfumé antes de que se produjera. La dejé sola, y yo he sido complice de ese maltrato. Y pese a todo, volvió. Rompió las amarras y se entregó a mí... y yo volví a ser feliz.

Pensé que ahora sí, todo funcionaría, pero no. Solo rompió algunas amarras, pero sigue sufriendo por el. El dolor no se va por quitar la espada, porque la herida sigue ahí tras la ausencia del metal. Y yo no puedo ser feliz si no la hago feliz, y en mi miseria, al dar con la realidad, me doy con otra que no quería ver...

He estado viviendo fuera de mis posibilidades y desatendiendo mis necesidades. No dí prioridad a mí negocio y hoy por fin me doy cuenta y decido que debe terminar. No se que haré con mi vida, pero se que se alejara de estas 4 paredes que tantos recuerdos me ha ayudado crear.

¡Adios cemento! ¡Adios marmol! ¡Gracias por todo!

domingo, 6 de diciembre de 2015

Miedo a ser feliz

El invierno llegó, frío e hiriente, pero fue tu mensaje lo que me heló. Congelada se quedó mi alma desde entonces, y no hay brasero que me caliente ni manta que me arrope. Dicen que en frío se ven mejor las cosas pero yo sigo sin entender nada. Resulta que hace 6 años me alejé de tí porque no quería competir con otro. Estaba convencido que si luchaba, ganaría. Había visto como me mirabas, y había sentido lo que sentías... por eso me dejé llevar y acabé enamorado de tí, porque solo era cuestión de tiempo que acabaramos juntos...

Pero no pasó. No quise ser un trofeo, y necesitaba sentir que tu tambien apostabas por mí. Te dije que me marchaba. Que te dejaba en tu relación. Que estaba seguro que tarde o temprano te darías cuenta de que me tendrías que haber elegido a mí. Que lo sabrías pero no harías nada. Que dejarías que pasara el tiempo y lo arreglase. Que lo acabarías queriendo... pero que nunca lo querrías como me podrías querer a mí. Y que pese a todo serías tan cobarde para no hacer nada...

Y es que así de absurda eres. Piensas con el corazón y amas con la cabeza. Y eso te hace aún más adorable. He estado 6 años lejos de tí. 6 años en los que te veía y no sabía que hacer. La mayor parte de ellos, amandote en silencio. Sin atreverme a decirlo, esperando olvidarte si no te mencionaba... pero cuando pasaba cerca de tu casa me ponía nervioso. Pensaba "¡Ojalá no la vea! ¡Ojalá no la vea!", pero cuando pasaba por tu portal, andaba más despacio, miraba bien para dentro y me lamentaba de que no estuvieras...

Pero el tiempo me curó y logré dejar de amarte. Y dejé de ponerme nervioso al pasar por tu calle y dejé de tener miedo de cruzarme contigo, porque cuando te veía, ya no me quedaba triste el resto del día, sino que sonreía. Estupidamente, me sentía un poquito feliz. Así que una vez decidí ser valiente y pararte, y decirte que como estabas, que que tal te iba todo y que si te apetecía, que me gustaría volver a quedar contigo.

Desde entonces, nos hemos visto 3 veces... 3!!  si con solo 3 veces que me ves sientes que te gusto y te atraigo, que siempre ha sido y siempre será así, si con solo 3 veces sientes esto despues de 6 años con el otro, de 6 años sin decirte una palabra, 6 años de ausencia absoluta.... si a pesar de todo esto, solo 3 veces te hacen ser tan valiente de decirme esto y por 3 veces te sientes así, ¿porque me alejas para salvar tu marchita relación? Yo no la he roto, ya lo estaba antes de que nos reencontraramos. ¿merece la pena remendarla?

Y piensa algo, mi dulce niña estupida, si sientes esto aunque intentes evitarlo, solo viendome 3 veces, sin que nuestros labios se hayan acariciado, sin que nuestros cuerpos se haya fundido, controlando los 2 lo que sentimos para no enamorarnos... ¿Que sentirias si te entregaras a mi y yo a tí? ¿que sentirias si te dejaras llevar y pusieras tu empeño en contruir un sentimiento común en vez en destruirlo? La vida no suele dar segundas oportunidades. Apuesta por mí y seré tuyo. ¿porque tienes miedo a ser feliz?

viernes, 4 de diciembre de 2015

Ahogado en una ola de sinceridad espontanea

Ayer fue un día especial. Vino a verme la chica del parque. Mi alma gemela. La última a la que amé, aunque ya la olvidé. Una vez la ví por la calle y la paré. Pensé que ya pasado el tiempo y sin sentimientos de por medio sería bueno recuperarla como persona, aprender a quererla de otra manera, de una manera que no había olvidado. Porque el amor tiene unas connotaciones sentimentales que ya se esfumaron, pero no se puede amar a quien no quieres. No se puede amar sin sentir cariño... y ya no la amo, pero la quiero y sigo sintiendo un cariño infinito por ella. 

Vino una vez con su amiga, y sentí por momentos estar volviendo 6 años atrás en el tiempo. Ella en una relación en la que no es feliz pero en la que se siente atrapada. Yo sintiendo atracción por ella, pero con los pies en la tierra. No quiero que pase nada con alguien que tiene algo con otra persona. Cuando esté yo, quiero ser el único. La ví triste, se lo dije. Harto de mentiras, le dije muchas de mis verdades. Que nunca antes de encontrarme con ella habia sentido que conocía un alma gemela. Que nunca despues de conocerla lo volví a sentir. Que de todas las cosas que me arrepiento de que no pasarán, lo nuestro fue mi gran ocasión perdida... pero que el pasado es pasado. Que vivo por el presente y no veo mas futuro que el próximo paso que voy a dar. Que no le diré nada con segundas intenciones o con intenciones ocultas. Que soy transparente como la luz. Que si quisiera algo con ella, decirle eso es tirar piedras contra mi tejado, y que no me importa, pero que cuando lo digo que si no es feliz con él que lo deje, que lo digo por ella, no por mí. Que la prefiero feliz en brazos de otro que infeliz en los mios. La cosa quedó así.

Poco despues me escribió, me dijo que sentía que no la había olvidado. Que no quería hacerme daño.... y que no me metiera en su vida. Me sonó a respuesta infantil, a que no le dijera las verdades que le dolían y no quería reconocer. Es demasiado orgullosa como para reconoce rlo que siente y demasiado cobarde como para asumirlo. No debería culparme de sus defectos. Me sinceré con ella y le conté mi realidad. Parece que todo se solucionó.

Así pues, ayer volvió a verme. Me habló de lo bien que estaban los demás, de que la vida no le iba como quería. Le puse de ejemplo mi vida. Que igual tenía más motivos para llorar, y que sin embargo sonreía más que ella. Que yo no me rendía. No se si le inspiró fuerza, o confianza, o solo la hizo pensar... pero algo hizo. No me miraba igual y sus silencios me intrigaban. Bromée con que sé que igual me enamoro de ella y acabo sufriendo, que la vida es así y que prefería correr el riesgo, pero que también era posible que ella se enamorara de mí y yo pasara de ella, y que tampoco quería que sufriera, pero que ese era su riesgo y era ella quien debía decidir si tomarlo. Bromée, pero le dije la verdad. Incluso seguí bromeando diciendole que cuando se fuera no pensara mucho en mí... y nada, así se fue. Yo me quede con una sonrisa en la cara y con ganas de celebrar, y salí a divertirme despues. 

Al despertarme tenía un mensaje suyo. Al leerlo pensé que seguía borracho. Me dice que no sabe si es bueno que nos sigamos viendo y que prefiere tomar distancia porque siempre le he gustado, siempre le he atraido y sabe que siempre será así...

miércoles, 4 de noviembre de 2015

personas rotas

Me gustan las personas rotas. Aquellas que ocultan su dolor bajo una mirada apagada y una sonrisa sin fuerza. Aquellas que no quieren dejar ver su debilidad y se esconden entre los demas. Aquellas no dejan que sus lagrimas mojen sus mejillas aunque empapen su alma. Aquellas que aun rotas tratan de ver el mundo con una alegría que les parece una extraña, aunque la extrañan.

Para otros, estas personas son tristes. Para mí son misteriosas y místicas. Interesantes. Tiene más mérito que te dejen tocar un corazón en carne viva que uno joven y fuerte, pero un corazón con experiencia entiende mejor mis necesidades.

¡Viva la esperanza!

miércoles, 21 de octubre de 2015

Matar a la musa

Es dificil para mí hacer lo que tengo que hacer, pero es lo que tengo que hacer. No podía seguir espectante de algo que no iba a pasar. Es duro reconocer que no me merezco tanto, pero es lo que siento. Y más duro aun es reconocer que no tengo manera de conseguirla. Quiero ser inteligente emocionalmente y hacer lo que me conviene, no lo que me va a hacer sufrir, y enamorarse de alguien que está roto que no sabe o no quiere recomponerse supone un peligro inmenso. Después de mucho meditarlo, decidí dar el paso.

He tardado mucho en escribir, y tenía muchas cosas que escribir, pero necesitaba ordenar mis ideas, infundarme valor y hablar con ella antes que con nadie. Y así lo hice. La he visto varias veces. Una de las veces ella me dijo que se notaba que estaba pillado por su amiga. ¿cómo iba a ser feliz con alguien que no me cree siendo ella la persona con la que más sincero he sido en mi vida? Le dije que se estaba equivocando. Que su amiga me caía muy bien porque empatizaba con ella: ambos estabamos perdiendo la cabeza por mi musa. Creo que aquello le pilló por sorpresa.  Antes de eso, ella me ha reconocido alguna vez que siente que se está pillando por su amiga, y que por eso huye, pero en un acto de antiegoismo, me dijo que me la dejaba a mí porque yo sí podía darle lo que ella quería. Es difícil querer matar como musa a alguien que te dice algo así, porque ese dar sin recibir nada a cambio son de esas cosas que me enamoran. Sé que poco a poco se le irá cayendo el óxido de sus últimas desgracias y aparecerá la chica que siempre ví en ella, la que hay detrás de la coraza.

He reflexionado mucho sobre ella, sobre mí, sobre su amiga... sobre todo. Recuerdo que cuando la besé, cuando intenté desnudarla y me paró, me dijo que no. Que yo era especial y me merecía más que eso. Supuse que de vez en cuando buscaba sexo sin sentimiento, para evitar hacer daño. Cuando peor estaba, necesitaba calor húmano, pero solo eso. En mí encontró caricias, encontró cariño, y eso la frenó.  O igual es que no conseguí excitarla... no sé, espero que mi ego no me confunda. Prefiero creer que en mí encontró lo que no buscaba y que por eso se apartó. Igual por eso me dijo que para ella fue especial. Sigo sin entender la coletilla de "pero veo que eres así con todas". En fín, un animal herido a veces lanza dentalladas al aire. No sé que se imaginara, pero si alguna vez quiere saber mi verdad solo tiene que preguntarme.

Pensé también en las canciones que alguna vez me había puesto. Sentía como se quitaba una de sus corazas y abría una pequeña rendija, pero la carne estaba muy viva y cualquier cosa le produciría dolor. Bromeé sobre una de sus canciones y enseguida la quitó, incluso cuando la toque me rehuyo. Cuando se fue y me quedé solo la escuche una y otra vez. Y entendí muchas cosas. Era una canción de esas en el que yo era el él de la historia y ella era la ella de la misma. Hablaba de un animal herido escondido entre escombros con una puerta de 42 candados. Su puerta tiene muchisimos más, y aunque reconozco querer abrirlos, no voy a intentarlo. Podría pasarme la vida en ello.

Eso pasó el día en que profanó mi sofá sagrado, mi santuario. Aquel en el que la besé. Aquel en el que apoyó su cabeza sobre mi pecho y me dejó con una mano acariciar su oreja y con la otra acariciar sus dedos. Allí se besaron delante de mí, y ya no puedo sentarme en él a intentar recobrar la paz que me dió ese momento, porque la recuerdo besando a otra.

Y la otra, también pensé en ella. Forma parte indispensable de mi plan. Por si soy débil y caigo, me quise hacer amigo de ella. Podría tolerar que jugase conmigo, pero yo no podría tolerar jugar con otra persona. Así que si no encuentro las fuerzas por mi, lo haré por mi nueva amiga. Y he ganado muchísimo. Es una chica genial. Es de esas personas que nunca sobran a tu lado y que añoras cuando no están.

Respeto a mí, me he abierto a cualquier otra relación, pero no voy a sustituir a la musa. Tendré que dejar el altar vacío. Me da miedo verlo vacío, pero no puedo aupar a las alturas a quien no se lo ha ganado. No puedo darle a nadie nada que no se gane o saldré perdiendo. Me pasó con la sirena. Quedé con ella, pero no se presentó. Tenía muchas esperanzas puestas en ese encuentro, en ver que pasaría. De hecho, después de mi trabajo, fue a lo que le dí máxima prioridad. No me cierro ni siquiera a ella, pero este paso atrás me aleja mucho. A veces siento que intenta seducirme... No tiene que hacerlo, seducido estoy ya. Pero necesito sentir que lo que dice es verdad. No me importa lo mucho que me guste físicamente. Yo no le doy importancia a eso. No si hay alguna otra conexión, y las pocas que habiamos tejido están al borde del cortocircuito. Pese a todo no puedo evitar sonreir cuando lo veo, aunque mi sonrisa es más mustia que otra cosa.

Me ha dicho cosas que me han abrumado, como que se ha imaginado su futuro viviendo conmigo, con su hija y con un hijo en común. Que si soy muy especial... Ojalá pudiera creerlo. No hables, actúa. Y deja que las cosas pasen poco a poco. A veces siento que en mi solo busco un apoyo y un padre para su hija. Vamos a ver, si nos gustamos, nos acabamos queriendo y nos acabamos enamorando, no me importa asumir que sus circunstancias serían las mías, y si tuviera que ser padre de esa criatura lo aceptaría encantado... pero paso a paso. Siento que busca lo contrario. Que sea padre de su hija, y que ya se enamorará de mi. Lo siento, pero no tengo intención de construir el tejado sin tener casa.

Y volviendo a mi musa, bueno, la convicción la tengo. Y hasta ahora, cuando la he visto, he tenido la fuera. Pero si estoy escribiendo de ella es porque aunque quiera matarla como musa, aún no lo hice. Me sigue inspirando aunque intento cortar los hilos que mi corazón teje hacia ella. Y reconozco que siempre que la he visto he deseado besarla, pero no se lo he dicho y he intentado que no se me notara. Algo es algo. Cuando la conocí no quería que me llamara amigo. Ahora estoy preparado para entablar amistad con ella. A ver si acepta mi solicitud


martes, 6 de octubre de 2015

Perdido

Estaba reflexionando en que hoy hace 21 días que la ví por primera vez, como esos reality shows de ahora... 21 días desde que la conozco, aunque no 21 días con ella. Si me siento así habiendola visto solo 4 veces en 21 dias... ¿como me sentiré cuando la vea más? ¿como me sentiría si pasara 21 días con ella? Bueno, la verdad es que prefiero no pensar en eso, así que pasé a otra cosa... y ella apareció. Y sola.

Al principio quise mantener las distancias. Sabía como me había sentido cuando se fue la última vez. Me daba algo de miedo, la verdad. Es absurdo, ¿no? Me contó sus problemas y que no se sentía bien. Yo sólo pude ofrecerle compañía. Creo que era lo único que necesitaba. Alguien que la escuchara. Alguien con quien desahogarse y que no la juzgase. Y alguien que simplemente estuviera ahí a su lado, que le diera compañía. No sé porque vino aquí, pero me alegro de que lo hiciera. Yo quiero ser su refugio cuando lo necesite. Me gustaría hacer todo lo que esté en mi mano porque se sienta mejor. 

Me comentó que su ex era un cabrón que la había puteado de maneras que no quiero ni mentar, y que lo seguía haciendo. Que era la persona en quien más había confiado y a quien más había querido. Y cuanto más me contaba, más me dolía. Quería hacer algo... ¿pero que? Me resigna no poder hacer nada más por ayudarla.

Luego vino su amiga. Y se volvieron a besar. Aquí puede ser que si me haya equivocado. No se si la otra estará enomarada, yo creo que sí, o que al menos siente algo muy fuerte. Pero también creo que mi musa está más unida a ella de lo que pensaba. Sentí que estoy mucho más lejos de ella de lo que pensaba. 

Hubo un momento en que tocó uno de los puñales que me clavó. Me dijo que sabía que yo sentía algo por su amiga, que lo notaba. Y que aunque era irracional sentía celos... Como me jode llevar razón a veces. ¡Siente celos! ¿de que? ¿de que se la pueda robar? a mí ella no me interesa. Le dije que no, que quien me interesaba era ella. Si es que por algo la llamo mi musa... pero nada, no me creyó. Cree que lo digo solo por hacerla sentirla bien... vamos, que soy un mentiroso. Me duele que esto salga de la persona con quien más sincero he sido en mi vida. Sentí otro puñal... aunque luego lo pensé. Es el mismo puñal, pero que me ha asestado ya 3 golpes. Todo nace de esa inseguridad suya, de esos celos irracionales. Y peor aún, sentí que me trataba así por ser hombre. Como si pensara que tarde o temprano me iba a volver un cabrón como los demás.

Volví a sentir, y se lo dije, que no entendí porque confió en mí el día que la besé. Que no debía. Desde entonces hacía hecho lo posible por ganarme esa confianza que me había dado. Hasta le había mostrado mi alma indefensa, y es ahora cuando duda... ¡Es que no lo entiendo! No puedo evitarlo. Dice que si confía en mí aunque no debería, y que sabe que no la juzgo. Vale eso es bueno. Pero también dice que sabe que no es cierto que no sienta nada por su amiga. Que no intente ocultar lo evidente... ¡¡¡Lo evidente es que estoy perdiendo la cabeza por tí!!! 

Me hubiera gustado gritarle eso, pero no lo hice. Simplemente le dije que no tenía razón. Creo que si no me cree, es que no cree que sea sincero. Si siente que nos soy sincero no puede confiar en mí. Me duele mucho porque no sé cuanto tiempo podré luchar por no sentir. Cada vez me siento más cerca de caer en las garras del amor, de amor a una mujer que ni siquiera se cree que es especial para mí. No sé que voy a hacer, pero sé que no la voy a ver en al menos una semana y todo va a dar vueltas y vueltas en mi cabeza. Ahora sí que me siento perdido. Y ya no me busco a mí, solo la busco a ella, y así me pierdo más y más. Así que desde un lugar del mundo que aún no conozco es desde donde deberé seguir escribiendo mis historias. Espero encontrar algun día el camino de regreso, o perderme para siempre de todo y todos, pero perderme con ella. ¡Qué fácil es soñar!